SANTIAGO.- El Arzobispado de esta ciudad definió como “un pecado que impide la paz social” la acumulación de riquezas en base a la sustracción de los beneficios del trabajador.
Dicha consideración está contenida en el editorial del próximo domingo del semanario Camino, su órgano escrito, en el que con el título “Pasemos el examen”, analiza la situación de los obreros nacionales.
“Recordemos que un empresario y un Estado responsables y con una visión justa del trabajo, sabe que en la medida en que a sus empleados les son respetados sus derechos, se creará en el centro de trabajo un ambiente de mayor productividad”, sostiene.
Dice que, al celebrarse ese día manifestaciones en diversas ciudades, a través de las cuales los obreros celebraron su día, la fecha es propicia para repasar las condiciones en que viven los trabajadores.
“El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia nos presenta algunos lineamientos que nos ayudan a mirar esta realidad entre patronos y empleados para buscar soluciones que promuevan el bien común”, subraya Camino.
Pregunta si se le está haciendo caso al planteamiento de que los derechos de los trabajadores, como todos los demás derechos, se basan en la naturaleza de la persona humana, y en su dignidad trascendente.
También, si tanto el sector público como el privado pasarán la prueba al verificar si hay una justa remuneración, que permita al trabajador desarrollarse sin tantas precariedades como vemos a diario y que van diezmando su existencia.
Del mismo modo, Camino pregunta si a los obreros se le proporciona un ambiente de trabajo que no perjudique su salud, o si se procura que, al llegar a la vejez, disfrute de una pensión que le permita pasar esa nueva etapa en condiciones más felices “y no tener que andar mendigando hasta para adquirir los medicamentos que necesita”.
“Y así curar o aliviar, las enfermedades propias de esa edad y que muchas veces son consecuencia de las energías gastadas durante años en el trabajo”, puntualiza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario