Aunque no es mucho el tiempo para evaluar el éxito de planes puestos en marcha, los nuevos ministros tienen un balance a su favor en los primeros cien días del segundo gobierno del presidente Danilo Medina.
El mandatario trajo nuevas caras a su gabinete para esta segunda gestión, en la que entró el Partido Revolucionario Dominicano (PRD).
Isidoro Santana, un economista de la sociedad civil, fue nombrado como ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, destacándose por algunas posturas contradictorias con la línea gubernamental, como la divergencia pública con el gobernador del Banco Central sobre la escasez de dólares.
Medina designó al presidente del PRD, Miguel Vargas, al frente de las Relaciones Exteriores, a Janet Camilo como ministra de la Mujer, así como 11 viceministros.
Vargas inició su gestión dando relevancia a las relaciones con Haití, logrando que se oficializara el levantamiento de la veda a los 23 productos dominicanos en ese país.
Está pendiente la reunión de la comisión Mixta Bilateral, que ha sido pospuesta sin fecha.
El mandatario ha cedido una importante cuota a su nuevo aliado en el tren gubernamental, pues también nombró a Julio Maríñez, director del Idecoop; Víctor Gómez Casanova, como director de la Autoridad Portuaria Dominicana (Apordom); a Rafael Guerrero Peralta, presidente del Consejo Nacional de Drogas, y a Luis Ernesto Camilo, como presidente de la Junta de Aviación Civil.
Antes de iniciar el nuevo mandato, Medina ya había designado a César Mella como director del Instituto Dominicano de los Seguros Sociales (IDSS).
En lo relativo a las corrientes internas del PLD en el gobierno, Medina también movió las fichas, trayendo a dirigentes vinculados al expresidente Leonel Fernández, como al asistente de logística del exmandatario, Nicolás Calderón, quien volvió a dirigir los Comedores Económicos.
Miguel Vargas: Relaciones Exteriores
Inició con buen pie reactivando las relaciones con Haití y oficializando el levantamiento de la veda a los 23 productos dominicanos que no se permitían importar. Ha mantenido una activa agenda de contactos internacionales, y en octubre organizó la cumbre de la CELAC en el país. Comenzó un levantamiento de los diplomáticos dominicanos para determinar quiénes cumplen.
No se ha podido reunir la Comisión Mixta Bilateral con Haití, y ha sido pospuesta debido con excusas, como el proceso electoral haitiano.
Donald Guerrero: Ministro de Hacienda
Su llegada trajo nuevos aires al Ministerio de Hacienda, ya que no es el tradicional dirigente político. Es un empresario vinculado al mundo financiero, aunque sí miembro del Comité Central del PLD, y es del anillo de confianza del presidente Danilo Medina, siendo su jefe de finanzas en la pasada campaña electoral.
Luego de que tomó posesión, el gobierno ha aplicado medidas como el aumento de los peajes, incremento del pago del marbete y del 50% al pago del ITBIS, que ha sido rechazado por el empresariado.
Isidoro Santana: Ministro de Economía
El economista Isidoro Santana representa la participación de la sociedad civil en el gabinete del presidente Danilo Medina, dando un horizonte mayor a las políticas de planificación de desarrollo.
Aunque se puede ver como acto de sinceridad, en dos temas ha lucido fuera de la “partitura” del gobierno, como en las contradicciones con el Gobernador del Banco Central respecto a la disponibilidad de dólares, alegando que el país no produce suficientes. Dijo que no había presupuesto para un aumento de salarios.
Janet Camilo: Ministra de la Mujer
Ha puesto hincapié en el tema de la prevención del embarazo no deseado en los adolescentes, realizando charlas educativas en escuelas públicas y privadas. Se han fortalecido las Casas de Acogidas, y ha firmado acuerdos de trabajo conjunto para la prevención de la violencia de género con instituciones públicas, gremios y grupos choferiles.
Las relaciones con el aliado parecen no andar bien. La secretaria de la Mujer del PLD, Flavia García, denunció cancelaciones masivas de peledeístas en ese ministerio.
Robiamny Balcácer: Ministra de Juventud
Le tocó recibir un ministerio cuestionado por el manejo de las becas. Abrió las convocatorias de becas que tenían buen tiempo cerradas, decidiendo que se otorguen de acuerdo con los planes de desarrollo provinciales y las necesidades de las provincias. Ha dicho que en lo adelante serán entregadas “sin tráfico de influencias”. Fue lanzado el plan estratégico a cuatro años. Se ha acercado a instituciones como el ministerio de Trabajo, el de la Mujer, el de Deportes, el de Salud y el de Educación para planes conjuntos a favor de los jóvenes de diversas provincias.
Danilo Díaz: Ministro de Deportes
Armonizó las deterioradas relaciones entre el Ministerio de Deportes, el Comité Olímpico dominicano y las federaciones deportivas. Ha enfatizado en que su enfoque va más allá del deporte de alto rendimiento, pues sugiere dedicar estrategias para desarrollar el deporte escolar. Aunque recibió RD$300 millones más para el 2017, requerirá de un mayor presupuesto para sus planes, pero ha dicho que cuenta con el apoyo del sector privado. Recibió la institución en un año de cierre del ciclo olímpico, por lo que tendrá que hilar fino con las federaciones.
Pedro Vergés: Ministro de Cultura
Vergés se ha enfocado en realizar cambios estructurales en el ministerio, reduciendo el personal que consideró estaba de más. Cambió la estructura de la Feria del Libro, suprimiendo la presentación de grandes espectáculos, para que sea “una fiesta solo del libro”, lo que habría producido un ahorro de decenas de millones de pesos. Suspendió la cuarta convocatoria de los proyectos culturales para hacer auditoría.
Se le critica su poca accesibilidad, pues aún no ha hablado de sus planes con la prensa que cubre el área.
Domínguez Brito: Medio Ambiente
Aunque ya ha ocupado funciones como ministro de Trabajo y Procurador General de la República en los gobiernos del PLD, Francisco Domínguez Brito se estrena en un área totalmente nueva para él, como la defensa y preservación del Medio Ambiente. Tomó la medida en la que dio un plazo de 120 días a los ocupantes del área de Valle Nuevo, para cosechar o retirar los cultivos en desarrollo y desmantelar las infraestructuras y equipos relacionados con las actividades agrícolas, con lo que busca parar definitivamente la depredación de esa área protegida.
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