La coyuntura económica en el país no solo asfixia el bolsillo del los venezolanos, sino que también arremete en contra de lo más privado de un hombre como lo es su ropa interior. Hoy en día, adquirir un simple bóxer es un lujo que no cualquiera se puede dar, publica Noticia al día.
En Maracaibo, para comprar esta prenda íntima se necesita entre 8 mil y 11 mil bolívares, esto si se adquiere en un mercado popular como lo es el Callejón de los Pobres o en la Curva de Molina.
Ahora bien, en el caso de un centro comercial, la prenda puede alcanzar la cuantiosa suma de 13 mil bolívares. Un monto que para la mayoría de los hombres de familia con un sueldo mínimo se les hace impagable.
En estas navidades para muchas personas las prendas íntimas amarillas (tradicionales para despedir el año en buena suerte) tendrán que ser recicladas.
Remendar la ropa interior se ha convertido en la opción
Reparar es una de las prácticas que el venezolano lleva a cabo para paliar los efectos de una economía inflacionaria que dificulta el acceso a los productos que requiere para cubrir necesidades básicas. El vestirse es una de estas y comprar prendas se hace cada vez más difícil, por lo que el arreglo, adaptación y rediseño de ropa usada se ha convertido en una de las prácticas más comunes.
El reciclaje de las prendas de vestir se extendió a la ropa interior tanto de damas como de caballeros. “Anteriormente esas piezas eran reemplazadas por nuevas, cuando se ponían feas pero ahora hay quienes les cosen los huequitos y hasta quienes pagan por una reconstrucción”, asegurá Anna Urdaneta, quien se gana la vida como costurera.
Ella afirma que desde hace varios meses sus clientes no solo llevan a su negocio pantalones y camisas sino que incluso hay quienes llevan la ropa interior en mal estado para que ella les haga “el milagro”.
“En las últimas semanas han aumentado los pedidos para arreglar los boxer, sobre todo, en la entrepierna, donde se debe colocar tela nueva y el precio por la reparación varía según el tipo de desgaste de la pieza entre 10 y 20 mil bolívares”, indicó.
Pero no solo los hombres son los que pagan por la reparación de su ropa interior, sino que muchas de sus clientes mujeres, con frecuencia, llegan para remendar los sostenes, pantaletas y cacheteros.
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